TURQUÍA Y
LA UNIÓN
EUROPEA.
Pedro Álvarez.
Ex
senador socialista por Segovia.
El
pasado día 6
la
Comisión Europea hizo público el informe en el que
recomendó la apertura de negociaciones con Turquía para su futura adhesión
a
la UE.,
aunque ciertamente matizado con varias cláusulas precautorias sobre el
proceso y el resultado final, y el próximo día 17 de diciembre la cumbre
de jefes de Estado y de Gobierno tomará la decisión definitiva, pero todo
indica que
la
Cumbre será favorable a la apertura de las
negociaciones.
Turquía nunca ha sido Europa ni
cultural ni históricamente, ni siquiera porque lo diga el señor Bush, y
sólo un 5% de su territorio está en Europa, aunque es de resaltar que en
él está Constantinopla, ahora Estambul, cuyo nombre no hace sino
evidenciar la influencia griega y la dificultad de establecer una línea
divisoria nítida para Europa.
Turquía, o mejor, una parte
importante de sus líderes políticos está llamando a las puertas de
la UE. desde
el año 1963, esperando la apertura de estas negociaciones, y aunque
realmente sólo en los últimos años ha hecho el esfuerzo de adaptarse
verdaderamente a los principios políticos básicos de
la UE. sería del todo
incorrecto que ahora se le cerrara toda posibilidad de incorporación a
la Unión.
Si se pensaba que Turquía no debía formar parte de
la UE. debió
advertírsele antes, ahora la cuestión no debería ser si se incorpora a
la Unión o
no, sino en qué condiciones se incorpora y cuál es el tempo de su
incorporación.
La
UE. es un mercado y desde este punto de vista le conviene
abrir un nuevo espacio con 70 millones de posibles consumidores y Turquía
es un vecino cuyos parámetros económicos están muy por debajo de los de
la Unión
y, por tanto, le conviene recibir las ayudas que
la UE. ofrece para mejorar el nivel de
vida de sus ciudadanos aunque, según una de las cláusulas precautorias, el
sistema será reformado antes de su incorporación. La nómina de beneficios
mutuos podría alargarse hacia aspectos geopolíticos y estratégicos,
militares, de suministros de materias primas y otros, pero estos
beneficios no vienen solos, están acompañados de situaciones problemáticas
como, por ejemplo, avanzar las fronteras de
la Unión hasta Siria, Irak, Irán y
repúblicas del sur del Cáucaso.
Por otra parte,
la UE. también es un proyecto político
que, ciertamente, diseñaron
los Estados, que cada día le dan forma y, por tanto, pueden seguir tomando
decisiones en este sentido, pero los Gobiernos de estos Estados deben
recordar que están formados por ciudadanos libres, con opinión y puede que
hoy la mayoría de estos ciudadanos europeos no contemplen la plena
integración de Turquía favorablemente y quizá la mayoría del pueblo turco
tampoco.
Además,
la Unión ahora está inmersa en
procesos de gran calado: aprobación de
la Constitución e integración
de los países de la última ampliación, y la sola posibilidad de abrir
estas nuevas negociaciones está provocando rupturas y enfrentamientos en
los partidos de los países miembros de
la UE. y, lo que es peor, amenaza con
interferir en el proceso de aprobación de la llamada Constitución
Europea.
La UE. hoy tiene diferentes estadios de
integración. Schengen reúne a los países que unieron sus fronteras
y el euro unifica la moneda de otros quince países, luego Turquía puede
formar parte de este espacio de contorno definido según el grado de
integración, puede beneficiarse de la ayuda de
la Unión, debe continuar con las reformas que le
acerquen a Europa y, sobre todo, que mejoren la vida de sus ciudadanos, y
que todo esto cale en su población.
Por tanto, deberíamos decir sí a
la apretura de negociaciones con Turquía, pero ¿para una integración
plena, es decir, entrada en los órganos de gobierno con el mismo peso que
Alemania, dada su población actual, o mayor peso aún si contemplamos las
proyecciones de población? ¿Modificaremos el sistema de toma de decisiones
por este motivo, como se hará con el sistema de ayudas y la libertad de
movimientos de los
ciudadanos, o estaremos de acuerdo con el peso político y decisorio
que le corresponde? ¿Resistirá la organización europea tanta tensión? No
debemos, ni podemos, pensar que
la Unión Europea es una
estructura estable y estabilizada que todo lo aguanta, cuidarla es tarea
de los miembros actuales y de los futuros si realmente quieren llegar a
integrarse.
El dilema ampliación
o integración es falso, hay que integrar con decisión y ampliar con
prudencia, pero para ello se hace cada día más evidente que
la Unión
debe emprender el camino de la armonización de la protección social si
realmente se pretende que sea un espacio de igualdad donde los ciudadanos
individual y colectivamente se sientan europeos y de la armonización
tributaria si realmente se pretende que todos los países compitan en
igualdad de condiciones y de este camino Turquía está muy
lejos. |