Pedro Álvarez de Frutos

 

El sueño de la razón produce monstruos

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De equivocación en equivocación

 

“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Con esta frase el Rey admitió en abril de 2012 su equivocación. Todos supusimos que se refería al viaje a Botswana para cazar elefantes, pero él no lo aclaró. También pudo referirse a su rotura de cadera o a que fuera en plena crisis económica o a cualquier otra circunstancia del viaje. En cualquier caso, se inició una serie de equivocaciones que nos mantiene desde entonces en el error.

 

El Gobierno socialista indultó al consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, de la condena que le impuso el Tribunal Supremo por acusación falsa cuando presidía Banesto, tiempo después el Tribunal Supremo anuló parcialmente el indulto y ante el recuso del señor Sáenz el mismo tribunal volvió a confirmar su sentencia de anulación parcialmente el indulto.

 

Se equivocó la Agencia Tributaria al adjudicar a la infanta Cristina numerosas compras y ventas de pisos y fincas. También parece que hubo errores en algún notario al facilitar los datos a Hacienda.

 

Tampoco el ministro de Exteriores se ha librado de las equivocaciones. "Si hay algún malentendido, yo no tengo ningún inconveniente en pedir disculpas al presidente. Si cree que se ha producido un malentendido, no hay problema", dijo el ministro García-Margallo refiriéndose al incidente que retuvo al avión del presidente boliviano en Viena durante más de 13 horas; y lo hizo después de asegurar la semana anterior que España no iba a pedir disculpas a Evo Morales, pero las cosas cambian.

 

“Me equivoqué. Señorías, lo lamento pero fue así”. Con esta escueta frase reconoció el presidente Rajoy su error al confiar en el señor Bárcenas durante varios años. Aunque todo indica que hubo más que una equivocación.

 

También ha habido equivocaciones en los indultos del rey Mahamed VI y todo parece indicar que también en los Ministerios de Justicia y Exteriores españoles al no avisar a Marruecos que no correspondía lo concedido con lo pedido.

 

En fin, que las más altas instancias del Estado van de equivocación en equivocación. ¡Qué país!

 

Contacto: pedroalvarez.name@hotmail.es