Pedro Álvarez de Frutos

 

El sueño de la razón produce monstruos

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REVISAR LA SEGURIDAD DEL SISTEMA FERROVIARIO ESPAÑOL

 

Nada ha fallado, pero todo se puede cambiar. Esta es la idea que transmitió la ministra de Fomento en su comparecencia ante la comisión del Congreso para explicar el accidente por descarrilamiento de un tren en Grandeira hace dos semanas.

 

Todo parece indicar que un fallo humano fue el causante directo del desastre, pero no nos podemos quedar ahí. Es necesario preguntarse y responder con claridad y precisión por qué después de una larguísima recta en la que el tren circula a gran velocidad hay una curva tan cerrada y peligrosa como la de Grandeira, que obliga a frenar hasta pasar desde 200 km/h a 80 en unos cuatro kilómetros y por qué si existe esa larga recta y esa peligrosa curva no hay un sistema de frenado que impida el error humano.

 

Los responsables de RENFE, ADIF y la propia ministra, en sus respectivas comparecencias ante la misma comisión del Congreso, informaron de un cambio de diseño en el ancho de vía por parte del Gobierno anterior, es decir, se mantuvo el ancho convencional y no se instaló el proyectado UIC, de alta velocidad. ¿Por qué se cambió el proyecto? ¿Fue una decisión de los técnicos, por qué, quién la aprobó? ¿Fue una decisión política, de quién, por qué? ¿Se produjo el cambio, como se dice, para poderlo inaugurar antes de las elecciones?

 

Los portavoces socialistas se han apresurado a decir que la modificación “cumplía todos los requisitos de seguridad y no supuso ganar tiempo para su puesta en servicio” y, al tiempo, cargan contra la no incorporación del sistema de frenado ERTMS en los trenes ALVIA que circulan por Galicia que decidió, según ellos, el Gobierno del PP. ¿Por qué los trenes ALVIA en Galicia no incorporan este sistema de frenado? ¿Por qué ese tramo tan peligroso no tiene ese sistema de frenado? ¿Quién y por qué decidió que los trenes de Galicia no lo lleven incorporado?

 

El maquinista, que mostró ser sensato desde el primer momento, ya está pagando su error y veremos qué dice el juez. El revisor, autor de la llamada telefónica que, al parecer, distrajo al conductor, tampoco lo debe estar pasando bien y también veremos qué dice el juez. Las familias no recuperarán a sus seres queridos. La industria de alta velocidad española se resentirá. Pero ni de técnicos ni de políticos sabemos que haya algún reconocimiento de error y esto no nos lo podemos permitir, no nos lo debemos permitir.

 

Contacto: pedroalvarez.name@hotmail.es