21/02/2004

 

 Opinión

 

¿Será ETA eje de la campaña electoral?

Tribuna
Pedro Álvarez de Frutos

 

El miércoles pasado, asistimos estupefactos al segundo asalto de la entrevista entre el señor Carod-Rovira, antes conseller en cap de la Generalitat de Cataluña, y la banda terrorista ETA, es decir, a una declaración de ETA en la que anuncia una tregua para Cataluña.

 

Como consecuencia del primero: la citada entrevista y su posterior conocimiento público, el señor Rovira salió del Gobierno de Cataluña, ¡bien hecho!, y ahora como resultado del segundo asalto: la declaración de tregua para Cataluña, se piden nuevas consecuencias políticas por el mismo error: la entrevista.

 

Durante todo el día, no pararon las declaraciones, comunicados, entrevistas y análisis en los medios de comunicación sobre la situación creada y la proyección futura de la nueva situación. Todo indica que las exigencias de unos para con los otros pase de los partidos a las instituciones y la campaña electoral se ciña mayoritariamente al terrorismo, remarcando las diferencia entre los demócratas en lugar de unir sus posiciones. Esto como ciudadano me preocupa.

 

Me gustaría en estos momentos calientes tras la declaración de ETA entrar poco en los análisis y poner el énfasis, sobre todo, en la estrategia, pero me parece de gran interés recordar que:

 

1º.- Estamos a menos de un mes para saber quien será el nuevo presidente del Gobierno de España.

 

2º.- En el PNV, partido mayoritario en el País Vasco, han cambiado recientemente de presidente y el nuevo, señor Imaz, acaba de hacer una oferta de diálogo abierta a PP y PSOE, los dos partidos mayoritarios en el resto de España

 

Es decir, en muy poco tiempo habrá una renovación de la mayor parte de los líderes políticos que han de intervenir en la solución del terrorismo de ETA.

 

Atendiendo ahora a lo que desde mi punto de vista debe ser la estrategia de los partidos democráticos, lo primero de todo sería que los políticos profesionales mantuvieran la serenidad de ánimo y transmitieran esa misma serenidad a los ciudadanos. Serenidad que debe estar basada en la confianza que los partidos políticos deben tener en sí mismos, en sus posiciones políticas y en la confianza que los ciudadanos depositamos en ellos. Tomar decisiones drásticas al calor de un comunicado de ETA no parece los más apropiado.

 

Segundo. No dar mayor credibilidad a ETA que la que merece, es decir, ninguna. ¿Por qué dejamos que ETA entre en nuestra democrática campaña electoral haciendo nosotros de su palabra verdad? ¿No habíamos quedado reiteradamente en que ETA mata donde y cuando puede? ¿Por qué ahora va a cambiar? Parece más prudente seguir las posiciones marcadas anteriormente por los partidos democráticos.

 

Tercero. Existe un pacto por la libertades y contra el terrorismo. ¿No sería más prudente reunirlo, analizar en su interior la situación y acordar una postura conjunta de los partidos pertenecientes a él, que lanzarse a la petición pública y apresurada de dimisiones y rupturas? ¿No sería oportuno aprovechar esta oferta obscena de no atentar en Cataluña para aumentar la presencia de partidos políticos en el Pacto Antiterrorista? ¿Por qué la palabra de ETA ha de provocar rupturas y cambios de posiciones entre los demócratas? ¿Qué aporta de nuevo? No es la primera vez que ETA ofrece treguas y en ocasiones han sido calificadas de "trampa", ¿por qué ahora no?

 

Cuarto y último. ETA siempre ha aprovechado los huecos que los demócratas dejan para poner sobre la mesa sus iniciativas y especialmente lo ha hecho durante las campañas electorales que, por razón de su objetivo, alejan durante un tiempo la posición de los partidos. ¿No sería un buen momento para sacar la amenaza terrorista de la confrontación política?