TRIBUNA LIBRE

 

YO EXIJO

 

            El 13 de enero de 1898 Émile Zola escribió una carta al Presidente de la Republica Francesa titulada Yo acuso. Sin ánimo de ofender, puesto que nada tiene que ver el motivo de aquella carta con la situación económico financiera actual de España, me permito parafrasear su primer párrafo para, después, entrar en la cuestión que me preocupa.

 

            Señores dirigentes de todas clases: ¿Me permitís que, agradecido por la indulgencia que, espero, dispenséis a mis palabras, me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy, está amenazada por la vergonzosa e intolerable situación económica y financiera de nuestro país?

 

            Ya tenemos plan de rescate para Irlanda, que no era Grecia, se decía cuando Grecia lo necesitó, y con este nuevo plan nos acercamos al precipicio.

 

            Portugal no es Grecia ni Irlanda se dice ahora, pero todo indica que será la siguiente víctima de “los mercados”, y mucho menos lo es España, pero en tertulias y periódicos de prestigio entre los inversionistas ya se nos cita y el diferencial de nuestra deuda con la de Alemania se dispara. Ambas situaciones nos acercan, un paso más, hacia el precipicio del rescate económico.

 

            Pues bien, yo como ciudadano español y supongo que habrá muchos miles de españoles más, exijo que España no tenga que pasar por la vergüenza de ser rescatada por un plan de rescate económico de UE y/o el FMI.

 

            Exijo a nuestros políticos, a nuestros empresarios y a nuestros sindicatos que lleguen a un diagnóstico claro y preciso de la situación económica y financiera de España. Exijo que expliquen a la ciudadanía con claridad y precisión qué necesitamos hacer para poder salir de esta situación y lo acuerden. Exijo que se conozca el nombre, los apellidos y la nacionalidad de aquellos que han contribuido con sus actitudes manirrotas o con su avaricia desmedida de ganancias a llevarnos a la situación que padecemos, y que se trate de igual manera a los fondos de inversión y bancos que participan de este festín de intereses.

 

            ¿Decirlo es fácil? Sí, y hacerlo sólo requiere inteligencia, conocimientos y decisión, y estoy seguro de que en España hay personas que tienen éstas y otras muchas capacidades para poderlo llevar a cabo.

 

            El precipicio al que nos estamos acercando no desaparece con declaraciones. La hemorragia que suponen, y supondrán en el futuro, el pago de los intereses de la deuda que acumulamos no desaparecerán diciendo que España no es Grecia ni Irlanda, y todo parece indicar que en poco tiempo añadiremos Portugal.

 

            Hoy el problema no está en saber quién nos saca de la crisis, sino en saber salir de ella, y para ello, los españoles necesitamos un Gobierno en el que confiar, hoy no lo tenemos a pesar de la última remodelación; una oposición que entienda, hoy no lo hace, que no se trata de quitar o dar oxigeno al Gobierno sino de decir con claridad cómo y qué harían si llegan a gobernar, y de unos empresarios y sindicatos que den ejemplo de austeridad y buen hacer, hoy no lo dan.

 

            Los españoles siempre hemos sido un pueblo sacrificado. Incluso cuando los gobernantes, hayan sido éstos reyes o políticos, han renunciado a ejercer el gobierno hemos respondido sacándolo al país del atolladero, no hay por qué tener miedo a la ciudadanía, cuéntennos la verdad de la situación porque, en su día los ciudadanos sabremos distinguir entre los que acercan el hombro y los que lo esconden. Comprobaremos esto muy pronto otra vez. Lo comprobaremos el próximo domingo.