Pedro Álvarez de Frutos

 

El sueño de la razón produce monstruos

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LOS NÚMEROS DE LOS REFUGIADOS

Cada hay nuevas noticias sobre refugiados de la guerra de Siria que llegan a Grecia o son devueltos a Turquía tras el acuerdo con la UE, que deja algunos de nuestros principios de identidad en suspenso. Pero rara vez las informaciones están unidas a los números para que podamos tener una dimensión real de la tragedia humana y de lo que soporta Grecia sin que, hasta el momento, haya habido grandes problemas de convivencia salvo dos o tres altercados provocados por simpatizantes y/o militantes de la organización neonazi-fascista Amanecer Dorado.

Según ACNUR y las instituciones griegas encargadas de la administración de esta crisis, durante 2015 llegaron a Grecia desde Turquía más de un millón de refugiados y/o emigrantes en casi 850.000 llegadas y más de 150.000 hasta abril de 2016, con personas procedentes de Siria el 52%, de Afganistán el 25%, de Irak el 16% y de Irán el 3%. De todos ellos, el 40% fueron menores, el 22% mujeres y el 38% hombres. Datos que incrementan la tragedia, si cabe.

Esta enorme cantidad de llegadas se hicieron en condiciones muy precarias: balsas neumáticas o pequeños barcos de madera, y produjeron numerosos naufragios de los que fueron rescatadas 40.574 personas y el número de fallecidos se aproxima a 130 hasta abril de este año, aunque el número total de naufragios y, por tanto, de fallecidos, es desconocido porque, las mafias que los transportan no ofrecen datos de sus delitos penales.

Según las mismas fuentes, permanecen aún en Grecia más de 52.000 personas localizadas en las islas y la mayor parte de ellas en la Grecia continental, de las que casi 29.000 están en el norte del país a la espera de que los países que rodean Grecia abran sus fronteras. Corresponden a las terribles imágenes de Idomeni, un campamento de tránsito, próximo a un pueblo pobre y envejecido de unos 150 habitantes que se esfuerzan en ayudar a los refugiados, y que la mal llamada Macedonia ha convertido en campamento permanente porque cerró su frontera.

Hasta mediados de marzo la UE sólo reubicó a 569 refugiados y de los casi 16.000 que España se comprometió a reubicar desde hace seis meses sólo lo hizo con 18.

Grecia, que padece una terrible crisis económica por problemas propios,  pero también por problemas derivados del austericidio, ha tenido que dedicar una parte de su administración, ya disminuida por las exigencias de Bruselas, a acelerar el procedimiento del examen de las solicitudes de protección internacional con el fin de conceder o retirar el estatuto de refugiado según la legislación comunitaria y nacional griega, a mejorar el funcionamiento y la estructura de los servicios de acogida para el registro, identificación y verificación de las personas que entran en el país de forma ilegal y establecer estructuras de acogida provisional para los solicitantes de protección internacional y para los que están en el proceso de retorno, expulsión o readmisión.

Al tiempo, con un presupuesto del Estado mermado hasta la extenuación por las exigencias de Bruselas organizó y concluyó las numerosas instalaciones de acogida que funcionan tanto en las islas como en el continente.

En la actualidad, funcionan Instalaciones de acogida a pleno rendimiento en las islas de Lesvos con capacidad para 3.500 personas, Samos: 850, Quíos: 1.100, Leros: 1. 000 y Kos para otras 1.000 personas, y a ellas se suman las del continente y las 2.500 plazas que se abrirán en Atenas y Salónica.

Este país exhausto por la crisis, que va por la undécima reducción de la pensión de sus jubilados, ha gastado 450 millones de euros en 2015 en las estructuras de acogida, en las operaciones de búsqueda y rescate, en el transporte desde las islas al continente,  en los procedimientos de asilo y reubicación. 450 millones que no incluyen los gastos cubiertos a través de trabajo voluntario, ni costes indirectos y pérdidas, pero en 2016 las autoridades griegas estiman que el gasto por los mismos conceptos será a 1.000 millones de euros. 

La UE como financiación de emergencia aportó a las autoridades griegas 51,8 millones de euros en 2015 y otros 129,2 millones de euros los aportó la Organización Mundial para las Migraciones y ACNUR, es decir, cantidades muy por debajo de lo gastado por Grecia, y para 2016 se estima que las organizaciones internacionales aportarán 267 millones de euros más 60 millones de euros para devoluciones de la Agencia Europea de Apoyo al Asilo, es decir, también mucho menos de la estimación de lo que gastará Grecia.

Ciertamente, entre 2014 y 2016 Grecia ha recibido 509 millones de  euros para programas nacionales del Fondo de Asilo, Migración e Integración y del Fondo de Seguridad Interior, pero la parte más grande tiene que ver con acciones de vigilancia fronteriza,  programas de implementación del Tratado de Schengen, etc. y no se refiere a costes para instalaciones de recepción,  alojamiento y procedimientos de asilo etc. y se calcula que Grecia recibirá en 2016 en concepto de ayuda de emergencia otros 100 millones a través de Frontex. Aún así, muy por debajo de lo aportado por Grecia.

Unos 200 agentes han sido desplegados en las islas griegas y en breve  está previsto el despliegue de personal adicional en el que se incluyen jueces, intérpretes, etc.. Para ello Grecia recibirá unos 1,9 millón de euros.

Las cifras dejan un poso amargo, pero aún es más amarga la situación de los refugiados, que la guerra no cese, que la UE no se sienta implicada en el proceso de paz y que sigamos sin saber quién vende las armas a los diferentes contendiente sirios y quién compra el petróleo de ISIS.

 

Contacto: pedroalvarez.name@hotmail.es