¿LA BANDERA O LA CARTERA?

El pasado domingo se celebraron las elecciones catalanas, que el señor Mas convocó, cuando únicamente habían transcurridos dos años desde las anteriores; y lo hizo a caballo de la manifestación de la Diada y tras una petición de un concierto económico al Gobierno de España que éste rechazó, aunque el próximo año habrá que llegar a un acuerdo con todas las Comunidades Autónomas para modificar su sistema de financiación.

El resultado de las elecciones ha dado un Parlamento catalán con siete grupos políticos, en el que el mayoritario, CiU, ha perdido 12 escaños y ha quedado muy lejos de la mayoría excepcional que pedía.

Durante los dos primeros años de gobierno del señor Mas y el primero del señor Rajoy, CiU y PP se han apoyado mutuamente en su política de recortes poniendo de manifiesto, una vez más, que en lo ideológico son lo mismo.

¿Qué hacer ahora? La política catalana tiene dos leyes pendientes que van a dar la pista de la deriva que seguirá la Generalitat: los presupuestos para 2013 y la ley de consultas, y CiU necesita un pacto de gobierno o de legislatura para poder sacarlas adelante.

Si decide envolverse en la senyera, pactará con Esquerra Republicana, pero ésta le llevará a tener que rectificar su política de recortes, y profundizar en la vía de la independencia, que les llevaría a estar fuera de la UE, y veremos qué consecuencias tiene entre los votantes de CiU que pertenecen a Unió Democrática, liderada por el señor Durán, y no a Convergencia.

Si decide atender a sus intereses económicos pactará con el PP, podrá seguir con la política de recortes, pero habrá de renunciar a la consulta independentista. Esto tendrá, sin duda, consecuencias en los votantes centristas de CiU y en aquellos que creyeron en el independentismo radical sobrevenido del señor Mas.

Y, finalmente, si decidiera pactar con el PSOE, tendría que renunciar a buena parte de los recortes y entrar por la vía del federalismo, pero permitiría a CiU continuar en el camino, tantas veces recorrido, de partido de Estado, pero del Estado español.

Las elecciones se convocaron para decidir si los catalanes votarán en el futuro sobre su independencia, pero se han convertido en un serio problema para Cataluña y para España, y el señor Mas y CiU tendrán que decidir entre envolverse en la bandera o atender a su cartera.

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